Sé que Volker ha estado maniobrando a mis espaldas, buscando para la sirena un domador, entrenador… o comoquiera que se haga llamar un torturado de criaturas de este tipo. Tengo que impedirlo cuanto antes… ¡maldito necio! Que espere un rato, que tiene que organizar unos papeles… como si fuesen más importantes que Donau. Y aquí estoy, sentado en el pasillo, esperando aburrido… hasta que llega un tipo corriendo. Parece un tipo normal, pero algo demasiado revuelto en su interior le da cierta mirada de desesperado. Patrick: ¿Es este el despacho de Volker? Herbert: Sí. Pero… ¡Eh, un momento! Yo también estoy para… mierda. Apenas abro la boca entra sin llamar. Bueno, era de esperar que los amigos de Volker tengan la misma educación que él. Como no cierra la puerta, tengo el dudoso honor de escuchar toda la conversación alto y claro. Volker: ¡Hombreeee, Patrick! Dichosos los ojos, ¿qué tal? Partrick: Deja eso. Tenemos que hablar. AHORA. Volker: Pues c