Apuesta
T: A ver si me he enterado bien... volvías de tirarte al famoso Don Productor de la discográfica que, oh lástima, no te había hecho demasiado caso… entonces decides desquitarte con el primer tío que encuentras… que resulta no ser un tío, pero te da lo mismo…
Sie: Oye, no se trata sólo de que ese tío no me hubiese hecho caso… llevaba un días nefastos, estaba agotada…
T: Hacía un frío de cojones, cuando me quise dar cuenta tenía la lengua de ella en mi boca… que si la abuela fuma, que si esta polla no es la mía. Excusas… y todo porque te tiraste a una tía que si siquiera sabes como se llama. ¡Bravo!
Sie: Hey, oye… ¡no me trates de criminal como si fuese la única que se hubiera cambiado de acera!
T: No es cuestión de cambiarse de acera, Sie, es cuestión de que si esa tía hubiese sido Jack el destripador te la hubieses subido a tu casa igualmente…
Sie: Oye, no tenía pinta de ir a destriparme… y a lo mejor si lo hubiese hecho me habría hecho un favor… *Por lo menos no me comería tanto el tarro*
T: ¿Tan malo fue?
Sie: Supongo que... todo lo contrario. No sé. Era... absolutamente única; estoy segura de que podría reconocerla de cualquier manera. Si tan sólo pudiese volverla a ver…
T: Hay mucha gente en la ciudad, como para encontrar a una tía… aunque si es tal cual la describes debe destacar más que Kunta Quinte en la noche de los cristales rotos.
Sie: Destacaría allá a donde fuera... no es su forma ya de vestir o de pintarse, son sus maneras, su forma de...
T: ¿Y no será que todo el rollo de buscarla viene a cuento de que te gusta?
Sie: ¿Qué te apuestas a que puedo encontrarla?
T: Pues…. déjame pensar…
Sie: ¡El que pierda se tiñe el pelo de fucsia!
T: ¿Qué? Oh, bueno, vale, está bien… pero para ganar tienes que traerme su nombre.
Sie: Tú dame tiempo...
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