Tortilandia: las historias

Patrick:  ¡Ya estoy en casa! Silvie:  Awww... ¡Patrick! ¿Qué tal el viaje? Patrick:  Bien, bien... aunque bastante pesado, como siempre. Patrick:  Pero qué guapa vas, ¿es nuevo? Silvie:  ¡Síiiiiiii! Patrick:  Vamos a hacer una cosa. Dejo la maleta y el abrigo y ahora vuelvo contigo, ¿vale? Espérame en el sofá. Silvie:  ¡Mientras no vayas a la cocina... ya sabes que no puedes entrar! ¿Esperarle en el sofá? ¿Por qué? ¿Querrá darme algo...? ¿Qué será? ¿Será bonito? ¡Oooooh! Patrick:  Em... toma. Feliz San Valentín. Silvie:  ¡Oh, Patrick...! MUCHAS gracias. No tenías por qué... Silvie:  ¡Oh, es la edición limitada de San Valentín! ¿Cómo lo conseguiste? Oh, gracias, gracias, gracias... Patrick:  Entonces... ¿te gusta? ¿Es el que querías? Silvie:  Oh, claro Patrick es perfecto. De verdad. Silvie:  ♫ Silvie:  ♪ Silvie:  ♫ r Patrick:  Y bueno, tú, yo, em... ¿no puedo entrar en la cocina por algo en particular? Silvie:  Claro. Ji, ji. Porque allí está tu regalo. Ven, ¿quieres verlo? Patrick:  O

13/02/13. Bremen, 10:10 AM Harina, azúcar, cacao en polvo... Espero que no se retrase mañana el avión de Patrick... Mezclo el azúcar glas, la mantequilla y el cacao. ¿Me habrá traído algo? En occidente creo que son más comunes los regalos que los dulces... Precalentar el horno hasta 150º. Espero que me quede bien. Me traiga algo o no, me gustaría tanto hacer que fuese un día especial para él...

11/01/13. Nueva York, 12:00 AM Estoy en una de las jugueterías más caras del mundo. Hasta la dependienta parece sacada de un cuento. No recuerdo haber comprado un regalo para San Valentín desde el instituto, que le llevé una rosa a Amelie. “Muchas gracias”. Y nunca hubo nada entre nosotros. Pero esta vez es distinto. Queda casi un mes para el catorce de febrero. La publicidad hace sus primeros llamamientos a los románticos. De momento son sólo eslóganes pegadizos y algunos corazones de adorno; hay tiempo. Ya señalará y acusará con mayor virulencia a todo aquel que no compre un regalo en las próximas semanas. Pero yo sí tengo prisa. Estos peluches artesanales vuelan. Un peluche-robot para una chica-robot. Un regalo muy caro para el día de los enamorados. No sé cómo debería hacerme sentir esto.  Pero sí sé cómo me siento. Me siento igual que hace años con aquella rosa. Sólo espero que le guste. Dependienta:  ¿Es para su hija? La pregunta duele como