Soy un mentiroso profesional. Un auténtico traficante de sonrisas y lágrimas. A veces las quito, a veces las doy. Pero nunca son mías. El escritor puede desahogar todas las turbaciones de su alma trazando palabras con una pluma, así como el pintor da formas y colores a sus sentimientos sobre el lienzo. Yo, en cambio, no tengo derecho a manifestar mis propias emociones. Porque le presto mi voz, mi cuerpo y mi alma a otros. A otros que nunca conocí… a otros que quizás nunca fueron. Pero que viven dentro de mí. Así, he sido un rey, una princesa del espacio profundo, un poeta, un asesino. Mis hijos han tenido mil nombres y mil caras. Así como mis esposas, mis mejores amigos… y mis archienemigos. Los he besado, los he vengado, los he traicionado y los he amado a todos ellos día tras día. Noche tras noche. Una y otra vez, en un ciclo que parecía no tener fin… Pero un día desaparecen, todos ellos. Y yo soy alguien distinto, moviéndome por una ciudad totalmente nueva. Ya no ...
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