El paradero de la mujer azul


Sacar información acerca del paradero de la mujer azul a la que llamaban TinHinan no había sido cosa fácil. La mayor parte de Lond permanecía aislada por cuarentena, y en el pequeño puerto espacial que quedaba abierto a extranjeros, sanos y equipos de ayuda nadie parecía saber nada. Nadie excepto aquel chaval. Azafrán lo había sabido nada más preguntarle: mejillas lívidas, mirada errática, parpadeos convulsos. Una mentira.

Mentía cuando decía no saber de quién hablaban. Y no estaban dispuestos a dejarlo ir sin más… por fortuna, reconoció a la pequeña droide blanca y su mera presencia pareció bastar para convencerle de que el grupo no buscaba a la famosa TinHinan con malas intenciones. Al parecer, su desinteresada humanidad había despertado tantas simpatías entre el vulgo como hostilidades entre aquellos que ahora la buscaban para juzgarla. En cualquier caso, su índice de popularidad no era asunto de ellos.

Al parecer, estaba en una estación de repostaje, a apenas cuatro horas de Lond. Un escondite muy poco creativo, pensó Azafrán. Su experiencia como cazarrecompensas le decía que no tardarían en dar con la médico si ésta no se daba prisa en poner años luz de por medio. Pero por ahora les convenía que se hubiese estado quieta, cuanto más fácil y rápido fuese devolverle a la androide, antes podrían olvidarse todos de aquel trabajo de mierda.


Charming: ¡Eh, mirad allí… es Kella! ¡Kella!

Azafrán: ¿Y Kella quién coño se supone que es?

Rischa: ¿Un chucho?


Charming: Es la loba lunar de Tin… eso es que no puede estar lejos.

Azafrán: Ah, cojonudo… ¿y sabes cómo hacer que el puto Lassie nos lleve hasta su dueña? Porque esa sería la primera buena noticia del mes.


Charming: No puedo procesar… la pregunta… ¿Lassie?

Rischa: (Aza, le vas a fundir un fusible a la hojalata si sigues hablándole así).


TinHinan: ¿Kella? ¡La madre que… CHARMING! ¡Oh, Charming, has llegado hasta aquí!


Charming: Sí, estos dos… estas dos personas me trajeron hasta aquí.

TinHinan: Vaya… muchísimas gracias en serio. ¿Son ustedes los que la llevaron hasta Mysysy? Han conseguido salvar muchas vidas y…


Rischa: Deberías largarte de aquí. Cuanto antes, en serio. Si te buscan, empezarán por mirar en puertos y estaciones de repostaje. Y esta está muy cerca de Lond...


Azafrán: ¡Rischa! Esto… ejem. ¿Me permites que hable un momento con mi querido compañero del alma a solas? Me acabo de acordar de un asunto importantísimo que se me ha olvidado comentarle… gracias.


Azafrán: ¿Pero se puede saber a ti qué coño te pasa? Hemos cumplido más que de sobra nuestra parte. Nosotros ya no tenemos nada que hacer aquí. No pintamos nada… y vamos a largarnos.

Rischa: ¡Sólo intentaba ayudarla! Si se queda aquí la cogerán.

Azafrán: Eso, aparte de ser cierto… ¿sabes qué es? ¡Asunto de otro! De ella, de alguien a quién ella le importe. De su novio, su madre o su perro. Pero no nuestro.

Rischa: No creo que aquí tenga muchas opciones… podíamos llevárnosla.

Azafrán: ¿QUÉ? ¿Pero qué…? ¡¿Se te ha ido la cabeza o qué?!

Rischa: Es médico…


Azafrán: Sí, y ya sabes lo que son los médicos. Les basta una cuchilla de dos centímetros para dejarte cojo para toda la vida. Pueden atravesarte el cuerpo de lado a lado con agujas sin ni siquiera hacerte sangrar. Los torturadores más sádicos que he conocido, todos, tenían alguna noción de medicina.

Rischa: Em… otro día hablaremos de lo preocupante de tu pasado. Pero ahora céntrate… no tiene por qué ser una psicópata. De hecho... bueno, no tenemos nada que nos haga pensar que lo es. 


Azafrán: ¡Ni que no lo es! Además es una fugitiva buscada por la Federación Alfa-25.


Rischa: Por Dios… ¡la buscan por ayudar a gente! Oye, por lo que sabemos… puede sernos de ayuda. Los médicos curan a la gente, ¿entiendes? Ese es su trabajo. ¿Y si… no sé, y si vuelve a darte un ataque de apendicitis en medio del espacio?

Azafrán: Rischa, sólo tenemos un jodido apéndice y de aquella a mí me lo extirparon, ¿entiendes?


Rischa: Sí, y te lo sacaron médicos. Como a mí también me han curado médicos cada uno de los cinco balazos que he tenido. Por eso no veo a qué viene esa desconfianza.

Azafrán: ¡Ahhhhhhhhhhhhhhggggggggg! ¡Está bien! ¿Si la llevamos con nosotros, TE CALLAS?

Rischa: Lo prometo.



***********************



Anterior a esta historia . . .

Posterior a esta historia . . .

Comentarios

  1. Ay, madre mía, que ganas tenía de ver como seguía!!
    Ahora ya sabemos cómo se juntan los tres. bueno, los cinco si contamos a Charming y a Kella.
    Rischa es un amor. No podía dejarlo estar jeje
    Y Azafrán, en el fondo, se alegra de hacer lo correcto, aunque no se lo remuneren, seguro xD

    Me encantan tus fotohistorias, ains.
    Ésta tiene esa iluminación como de suburbio que te pone un poco nerviosa jejeje

    ResponderEliminar
  2. ¡Me alegra tanto que te guste! No pocas personas me pedisteis saber más de ellos (sobre todo de Azafrán) y por ello he querido continuar. No se me ocurre mejor forma de presentar a los personajes ya que, poco a poco, conforme se desarrollen ls acontecimientos irán dejando ver su forma de ser.

    La iluminación fue algo compleja (no más que los farolillos), pero me gusta que al final las fotos son oscuras y cambiantes... lo cierto es que acabé destrozada pero disfruté mucho jugando con la iluminación...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El tren que va a Baden-Wurtemberg (Herbert - IOS Hiro)

Un amor verdadero... es un amor para siempre