El viaje de Cyrus
Y  a Cyrus, como a todos los muchachos, le llegó su turno. Abda era más  joven, y también una decisión más difícil, por lo que todavía le tocaría  esperar un tiempo.   Cyrus estaba inquieto y asustado. Era incapaz  de compartir la ilusión de Abda, que subía y bajaba a toda prisa,  cargando ropa, joyas, perfumes y todo lo que encontraba. Le ponía  infinito esmero a la labor de arreglarle.   - Pareces un príncipe –  le dijo sonriendo. Contemplaba su obra con orgullo sin límite. Su  hermano era el hombre más hermoso del mundo, e iba a demostrarlo. A una  semana de viaje, no sabía muy bien en qué dirección, pero estaba seguro  de que Cyrus iba a dejar el listón muy alto. Compadecía al hombre o  mujer al que iba a visitar su hermano. Lo que iba a recibir, Cyrus no  podría volver a dárselo a nadie… pero el viaje terminaría con una feliz  vuelta a casa y él podría volver a abrazarlo cada noche.